
en sangre y dolor tallado;
Un amor de garra y diente
que en la cruz abandonado
hieren mis ojos al verte.
Acostado sobre espinas
perlas manan de tu frente;
Tu rostro es rosa encendida
rebosando agua divina.
Inundarme has con tu luz,
pues mi alma estremecida
quiere subir a tu cruz
y curarte las heridas,
que por ella sufres tu.
Abrumado de pesar,
esa tu carga y tu peso
quiero contigo llevar,
y de rosas y de besos
tu camino he de regar.
¡Oh noche de Jueves Santo
de dolor estremecida !
tápale tu con tu manto,
que este cuerpo es todo vida,
aunque en si produzca llanto.
Con mil ansias de quererte
y tocarte con mis manos,
he de gozar yo con verte
en los hombres, mis hermanos,
Cristo de la Buena Muerte!