Foto: José M. Pérez
La tarde del pasado sábado, 23 de febrero, se celebraba en la Casa de Hermandad de la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, la Asamblea General Ordinaria del año 2.008. Con la asistencia habitual de hermanos, comenzó a las 17:00 horas la reunión iniciada por la Oración Inicial dirigida por el Director Espiritual de la Cofradía.
A continuación se dio lectura a las actas de las Asambleas Ordinaria y Extraordinaria del año 2.007 por parte de la secretaria de la Cofradía, siendo ambas aprobadas por unanimidad.
Seguidamente, se procedió a dar lectura al informe económico realizado por el señor Administrador, al informe de actividades que fue expuesto por el Hermano Mayor mediante una proyección audiovisual a la que hizo las apreciaciones oportunas, así como el informe de secretaría. Se hizo especial hincapié en las labores realizadas para la restauración de la Capilla del Cristo en el Convento de San Miguel, que aunque no están concluidas totalmente, sí que podrán ser apreciadas en su mayor parte en la Fiesta de la Cofradía.
La elección de costaleros fue muy rápida este año, por cuanto tan solo se trataba de ratificar a los Hermanos que fueron elegidos el año pasado, ya que no se procesionó, y comprobar el cumplimiento de la obligación de asistir a la Asamblea y ratificar su decisión de portar al Cristo en este año 2.008.
La Junta Directiva, además presentó para su aprobación a la Asamblea, varios temas de trascendencia para el futuro de la Cofradía.
Por un lado, se procedió a la lectura, rectificación y aprobación de un protocolo de actuación para el caso del fallecimiento de un hermano de la cofradía, pues aún cuando muchas cofradías lo contemplan en sus estatutos, esto no ocurre en los Estatutos de la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte. Asímismo, se procedió a la elección de los censores de cuentas propuestos por la Junta Directiva de la Cofradía.
Por otro lado, se trató el tema de la solicitud a Roma de la Carta Carmelitana para la Cofradía. Durante la visita del Padre Provincial de la Orden, se sorprendió, entre otras cosas, de que la Cofradía que está radicada en un Convento de la Orden, no poseyera el título de Hermandad Carmelitana, pasando a ser parte no solo de hecho sino de derecho, a la familia Carmelitana. El Director Espiritual de la Cofradía, desgranó las razones que estimaba avalaban la oportunidad para que los lazos entre la Cofradía y la Orden se estrecharan y trascendieran las magníficas relaciones personales entre los integrantes de la Cofradía y los habitantes del Convento de San Miguel, otras veces menos fluidas que en la actualidad aunque siempre basadas en una relación de mutuo respeto. La propuesta de solicitud fue aprobada en votación por la totalidad de los asistentes.
El Hermano Mayor aprovechó la ocasión para felicitar a los hermanos de la Cofradía por su trabajo e interés y expresó el sincero agradecimiento al padre José Molina Valero, por su inestimable aportación a la vida de la cofradía de la que se siente parte, y la esperanza de que permanezca cerca de la Cofradía ante la cercanía del Capítulo que la Orden celebrará a partir del próximo 25 de marzo.